El
técnico malaguista, el chileno Manuel Pellegrini, revolucionó el once
con la entrada del defensa argentino Martín Demichelis y de los
centrocampistas Joaquín y Eliseu Pereira, por Mathijsen, Recio y
Sebastián Fernández.
Su homólogo en el banquillo
granota, Juan Ignacio Martínez, tuvo que recomponer su equipo por las
bajas por sanción del defensa Juanfran y del centrocampista Iborra,
además del medio centro Xavi Torres, cedido por el Málaga, con lo que
les sustituyeron Del Horno, Farinós y Oscar Serrano.
El
Málaga, como viene siendo habitual en La Rosaleda, empezó dominando,
con alguna ocasión esporádica del delantero venezolano Rondón, que
intervino en las dos más claras, aunque en la segunda su cabezazo casi
lo introdujo un defensor en su propia portería.
El
conjunto levantino le dio la iniciativa al Málaga y esperó
pacientemente algún error del contrario para hacer daño, aunque los
locales mostraron su firmeza en el centro del campo y al Levante se le
hizo difícil llegar a la portería de Willy Caballero, que estuvo los
primeros 34 minutos del choque sin tocar el balón.
El
Málaga intentaba jugar por las bandas aprovechando la velocidad de
Eliseu y Joaquín, con la ayuda de los laterales Monreal y Gámez, además
de Isco, que alternaba con sus movimientos la derecha y la izquierda.
El propio Isco pudo adelantar a los blanquiazules con un disparo que salió fuera por escasos centímetros.
Los
malaguistas eran dominadores claros ante un Levante timorato, encerrado
y con escasas apariciones en el área contraria. Un único lanzamiento de
Ghezzal se marchó fuera en el minuto 38.
En el
bando malagueño, Joaquín volvió a probar a Munúa, que repelió su
disparo, y Rondón, de cabeza tras un saque de esquina, tuvo el 1-0, pero
Del Horno despejó cuando el balón se colaba.
Era
un milagro que el encuentro llegara al descanso con empate a cero por
las múltiples ocasiones que había tenido el Málaga, con hasta quince
acercamientos a la portería levantinista.
El
Levante tomó aire en el vestuario y salió dispuesto a cambiar el
resultado. Su jugador más incisivo, el francés Ghezzal, lanzó desde
fuera del área y a punto estuvo de marcar.
Sin
embargo, en la siguiente jugada, una falta lateral de Joaquín la cabeceó
a gol Rondón cruzando el balón a la parte izquierda de Munúa en el
minuto 50, en el que a la postre fue el definitivo 1-0.
Los locales habían hecho lo más difícil, romper el sistema defensivo del Levante, impecable hasta esos momentos.
A
partir de ahí, el conjunto levantino abrió líneas y se mostró más
incisivo. Koné, anticipándose a la salida de Caballero, pudo empatar,
pero el balón se marchó fuera.
Tras unos minutos
de transición, con un Málaga agotado y un Levante sin mordiente, sin
pegada, liado con los cambios su técnico Juan Ignacio Martínez.
Aún
así, hubo destellos por parte del levantinista Koné y de los
malaguistas Rondón y Sebastián Fernández, que, solo, mandó fuera un
disparo claro, mientras que el Levante pudo igualar por medio de Cabral,
pero no supo finalizar cuando estaba delante de Caballero, que le
adivinó la intención.
En los instantes finales,
con el Málaga defendiendo, el Levante soñó con la igualada tras una
volea de Farinós, pero el esférico rozó el larguero y, al final, los
valencianos se fueron de vacío.
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